El arqueólogo Pedro Sánchez Nava suele decir que entre el Bravo y Suchiate todo es tepalcate. La frase significa que todo el territorio mexicano comprendido entre ambos ríos es una fascinante área de estudio para entender sobre la vida de los antiguos mexicanos en las culturas precolombinas. Así lo ha demostrado el proyecto Tlalocan, donde un grupo de especialistas hallaron una representación del inframundo en Teotihuacán, una de las zonas arqueológicas de México. “Es un hallazgo importante para entender la dinámica social e ideológica de una de las ciudades más importantes de Mesoamérica”, ha dicho en una entrevista digital con los lectores el coordinador de Arqueología del Instituto Nacional de Antropología e Historia de México (INAH).
Los trabajos de los arqueólogos continúan al interior del túnel porque se tiene la hipótesis de que una autoridad de la ciudad podría estar enterrada ahí, lo que sería un hito pues "nunca se han encontrado tumbas de gobernantes". Esto ayudaría a desentrañar algunos de los misterios de esta ciudad. “Teotihuacán se abandona hacia el año 700 o 750 de nuestra era encontrándose evidencias de saqueos, incendios y una huida precipitada”, explica Sánchez a los lectores. “Parte de la población se reubicó en otras ciudades del altiplano, aunque ninguna llegó a tener la grandeza que tuvo su ciudad”, indica.
Los hallazgos en Teotihuacán serán mostrados al mundo el próximo año. . También se prepara una exposición con algunos de los objetos más importantes hallados —más de 50.000 piezas que van desde vasijas dedicadas a Tláloc (el dios del agua), dientes de felinos, aretes y collares de jade y estatuas—. “Los materiales se han conservado ya que estuvieron inmersos durante 1800 años en un ambiente acuoso. Ellos creían que el inframundo tenía mucha agua, pues era la fuente de la vida”, dice Sánchez.
http://cultura.elpais.com/cultura/2014/11/07/actualidad/1415394530_213472.html
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